La mosca en la sopa: el peligro de la contaminacion fisica

La contaminación física se refiere a la presencia accidental de cualquier materia extraña que puede ponerse en contacto con el alimento en cualquiera de sus etapas de elaboración. A diferencia de otros contaminantes, la contaminación física es macroscópica, es decir que se puede ver a simple vista.

Para que un contaminante sea considerado como riesgo físico, debe cumplir con los siguientes requisitos:
    Existir evidencia científica de una lesión, resultado del consumo del material extraño en el producto contaminado.
    Asegurar que el proceso de elaboración o el uso final del producto no eliminan o neutralizan el riesgo de dicho contaminante.

Se reconocen dos categorías de riesgo por ingesta de materiales extraños:
    Categoría I: objetos filosos que pueden producir trauma, objetos duros que causen riesgos dentales y objetos asociados al riesgo de asfixia
Categoría II: Presencia de plagas (ácaros, cucarachas) asociadas con el riesgos de alérgenos y otras plagas que son portadoras de enfermedades.

A pesar de que algunos cuerpos extraños no presentan síntomas cuando son ingeridos, pueden causar trastornos de distinta gravedad.
La presencia de estos contaminantes da una mala imagen a los productos que los contienen. Esto puede generar en los consumidores una sensación de desconfianza y resultar en la negativa de compra al percibir que dichos productos no son alimentos seguros, aun cuando la presencia del material extraño no ocasione un riesgo grave a la salud.

La contaminación puede provenir del empaque (cartón, clips), de un inadecuado manejo de plagas (moscas, cucarachas), y de malas prácticas de manufactura (vidrios, fragmentos de equipos o herramientas).
Sin embargo el origen más significativo de contaminantes físicos está relacionado con el personal que manipula un alimento siendo común la contaminación por cabello, aros, piercings y otros objetos.
Existen diferentes tecnologías para la detección de materia extraña: detectores de metal, sistemas ópticos con cámara y otros más complejos como generación de imágenes por resonancia magnética, ultrasonidos y rayos X.

Más allá de las tecnologías disponibles, la mejor herramienta para la prevención de la contaminación es la adopción de las Buenas Prácticas de Manufactura junto a una concientización y adecuada capacitación de los manipuladores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario